Esta entrada va de un poco de reflexión. Reflexión sobre la vida misma y la que lleva cada uno. Da que pensar en uno mismo, adentrarse en su mente y en su corazón y ver aquello por lo que vive cada uno y preguntarse a sí mismo y a los demás el por qué de su vida.
Hace un tiempo entre amigos, uno me preguntó: "Y a tí, ¿qué es lo que te mueve en esta vida?".
La pregunta en cuestión me dejó helada. No sabía que contestar. Hubo quién dijo que el dinero (cómo no), otros crecer en su trabajo, otro el sexo (hombres...), pero yo... lo único que supe decir es "la vida misma".
No supe explicarme. Comenté que no tenía grandes metas en mi vida, pero que el hecho de vivir me era suficiente. Me contestaron que eso era muy cómodo y que era demasiado conformista, comentario que reproché ferventemente.
No me considero conformista. Si fuese por ello nunca habría peleado por nada en éste mundo, y creo que soy una persona bastante peleona.
Solamente creo en aquello que vivo a cada segundo. Me gusta valorar las pequeñas cosas, aquellas en las que la mayoría de veces uno no se fija y que considero que son las que unidas entre otras forman la felicidad.
¿Por qué no detenerse un segundo y observar todo aquello que hay alrededor y en lo que hay en uno mismo? El calor del sol, la brisa sobre la piel, una sonrisa del que tienes al lado, un buen libro, tu perro o tu gato cuando se alegran al verte, dormir mientras fuera llueve, unas risas con tus amigos, una noche de locura, una aprobación en el trabajo, un beso de tu madre, acabar un exámen, esperar una llamada... en fin.... todas aquellas diminutas cosas que esperamos todo el mundo y que hacen que la vida valga la pena.
Eso es lo que a mi me mueve...
